Anoche me dormí mecida por palabras
entre sueños de pasíon que hice míos
y pasajes prohibidos por los que crucé.
Bailé al son de tus sabanas bajo las mías
me mojé de tu llvuia y de tu calor
quedé empapada por los restos de tu aroma que días astrás atrapé
y canté en silencio aquella canción que hicimos nuestra.
Te dí besos prohibidos a los que ya renuncié
empujé tu barco con el soplar de mis pulmones
te imaginé acurrucado sobre mi cama
y te dejé dormir, tranquilo como un ángel
para no despertarte de tu sueños que llegarán
Me gusta sentir que los cuentos existen
saber que eres un leñador en el bosque de los lobos
coger mi cesta de ilusiones y pesadillas
y convertirlas en un mañana mejor;
que en sueños o en verdades también llegará.
Al despertar no estabas,
nada había en mi habitación
pero el consuelo de imaginar te trae a mi orilla
el consuelo de soñar me permite seguir.